Esta curiosa «máquina de dibujar» llamada simplemente Drawingmachine, del diseñador sueco Eske Rex, parece un espirógrafo por los resultados que produce, pero en realidad es un harmonógrafo.
Es una máquina que se remonta al siglo XIX (en algún sitio hay menciones también a Leonardo y al siglo XVI), que utiliza péndulos suspendidos de una especie de «torres» para mover unos largos palos de madera en que mediante un sencillo mecanismo mueven a su vez el lápiz que dibuja sobre el papel.
Dicen que al ser tan grande cuando se lanzan los péndulos con la mano para que la máquina comience a dibujar se deja sentir el movimiento en toda la habitación, lo cual es parte de la experiencia.
He aquí un vídeo para hacerse una idea de su funcionamiento:
Para un artilugio tan tosco y enorme resulta sorprendente lo silencioso que resulta y lo elegantes y detallados que aparentan ser los diseños sobre el papel.