Por @Alvy — 8 de agosto de 2018
Florent Porta nos deleita con una colección de animaciones sobre máquinas imposibles a modo de tributo a Rube Goldberg, que «exploran y reinventan lo que hay dentro de mecanismos complejos».
El de la bolera es quizá el más colorido e ingenioso; otro estupendo es el de la cinta de equipajes. Hay dos más en su serie: el de una máquina de refrescos y otro sobre instrumentos musicales. Todos fueron encargados por el Centro Pompidou a raíz de Preposterous, su primera animación de este estilo que combina la improbabilidad con el absurdo.
(Vía Laughing Squid.)