Melissa McCracken tiene sinestesia, esa condición neurológica que hace que los sentidos funcionen entrelazados, de tal forma que, en su caso, escucha la música como colores. Dependiendo del género la ve de una forma u otra:
La música expresiva como el funk es mucho más colorida, pues todos los instrumentos, melodías y ritmos crean un efecto altamente saturado. Las guitarras son generalmente doradas y angulosas, y el piano es más en tonos mármol y espasmódico debido a los acordes. Rara vez pinto música acústica porque a menudo sólo hay una persona tocando la guitarra y cantando, y nunca pinto canciones country porque son aburridos marrones apagados.
Como le pasa a muchas personas con sinestesia para ella era perfectamente normal oír la música en colores, y no sospechó que el resto del mundo no era así hasta los 15 años:
Hasta los 15 años, creía que todo el mundo veía colores constantemente. Colores en libros, colores en fórmulas matemáticas, colores en conciertos. Pero cuando le pregunté a mi hermano de qué color era la letra C (amarillo canario, por cierto) me di cuenta de que mi mente no era tan normal como pensaba.
Básicamente, mi cerebro está interconectado de forma diferente a los demás. Experimento la sensación «equivocada» ante ciertos estímulos. Cada letra y número está coloreado y los días del año circulan alrededor de mi cuerpo como si tuvieran un punto fijo en el espacio. Pero el «mal funcionamiento cerebral» más maravilloso de todos es ver la música que oigo. Fluye en una mezcla de matices, texturas y movimientos, cambiando como si fuera un elemento vital e intencional de cada canción. Tener sinestesia no distrae ni desorienta. Añade una vivacidad única al mundo que experimento.
Después, le resultó frustrante intentar describir con palabras lo que ve, así que empezó a pintarlo en cuadros como estos:
Life on Mars tal y como lo oye Melissa
Dice que el color y la forma en la que ve una canción puede variar un poco si se centra en el bajo, en la batería, o en algún otro instrumento, aunque básicamente la ve siempre igual.
El caso de Melissa es similar al de Elizabeth Sulston, aunque en el caso de Elizabeth caso la música activa el sentido del gusto.
(Broadly vía Openculture e Irreductible).
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