La gente del Museum of Forgeries (Museo de las falsificaciones) se lo ha montado bien y ha demostrado que más vale maña que engaño, en una operación junto con el el colectivo artístico MSCHF [mischief] de la que han obtenido pingües beneficios. La cosa es así: compraron un original de Andy Warhol por 20.000 dólares, hicieron 999 copias indistinguibles del original y vendieron las mil obras (999 falsas y una auténtica) a 250 dólares la unidad.
En el contrato de venta se incluía la promesa de que alguien al azar se llevaría el original. El resultado: 250.000 dólares para la buchaca, alguien contento porque tiene un original de Warhol y otros 999 que creen que pueden tenerlo y han participado en el ¿ingenioso? ¿absurdo? ¿rompedor? montaje. ¡Arte!
El título de las obras es Copia de «Hadas» de Andy Warhol, con la posibilidad de que sea real (2021), firmada por el colectivo MSCHF o Andy Warhol, de 42 × 32 cm, en tinta sobre papel. Como detalle curioso en el Museo de las Falsificaciones ni siquiera han tenido que esforzarse mucho para hacer las copias puesto que el trabajo de copia lo realizan sus robots, trazo a trazo. Luego han destruido todo rastro de qué lámina era la original.
Las copias son Warhols. Warhol y La Fábrica [su estudio de arte] definieron las bases de la producción en masa del arte, algo equivalente a las fábricas para los bienes de consumo. Las réplicas que producimos en el Museo siguen ese camino: eliminamos las aberraciones de las manos humanas reemplazándolas por las de los brazos robóticos. Es el sueño de los industriales de todo el mundo: la obsolescencia de la humanidad.
¡Oh, la humanidad!
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