Por @Alvy — 7 de octubre de 2018

Going, going, gone…

– Banksy

El «troleo» es épico: un original de Banksy, su famosa Niña con globo (2006) se autodestruye instantes después de adjudicarse en una subasta por algo más de un millón de libras. Se trataba de un original que en su día había circulado en «edición limitada» como reproducción del graffiti callejero del mismo nombre creado en 2002 por el autor.

Según ha dado a conocer el propio Banksy en Instagram –vídeo que también se autodestruyó a los pocos segundos– hace años instaló una especie de cuchillas trituradoras en el marco sobre el que se exponía este original, que estaba en la sala de Sotheby’s durante la subasta. Tan pronto se adjudicó la obra el motor-triturador se activó (probablemente mediante un mecanismo a distancia activado por un teléfono móvil o algo similar, como se hace con las bombas y otros dispositivos) y dejó la obra semidestruida – triturada hasta manos o menos la mitad. Todo bajo la perpleja mirada de la gente que estaba en la sala.

Banksy había instalado este mecanismo «por si alguna vez mi obra salía a subasta», de ahí el desencadenamiento de sucesos.

Con Banksy nunca sabes cuánto hay de arte, de verdad y de guionización en todo lo que hace y sucede a su alrededor. Y quedan en el aire preguntas técnicas al respecto: ¿Cómo pudo pasarse por alto un mecanismo tan aparatoso en una obra que salía a subasta? ¿Qué tipo de batería en ese mecanismo aguanta años y años sin descargarse? ¿Cómo se activó el mecanismo remotamente? ¿Debía destruirse completamente y falló o la intención de Banksy era sólo triturar la mitad «artísticamente»?

Por no hablar del resto de preguntas generalistas: ¿No beneficia en realidad esto al comprador, que lejos de quejarse asegura que la obra «ya ha duplicado automáticamente su valor»? ¿Sabían algo los directivos de Sotheby’s al respecto¿ ¿O es todo otro «montaje Banksy», subasta y oportuna grabación del vídeo del momento clave incluidos?

En cualquier caso parece claro que Banksy sigue utilizando el metahumor fino y que su arte vuelve a trascender a las propias obras, llegando a otro nivel – aunque a veces parece más propio del troleo salvaje y distópico que del arte convenicional.

Altamente recomendado: Exit Through the Gift Shop, el documental (o algo parecido) sobre el misterioso Banksy.

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