Ya hemos mencionado en alguna ocasión el trabajo que hacen en Bellerby Globemakers, uno de los últimos estudios del mundo en el que se fabrican globos terráqueos y celestes a mano, pero en este vídeo se ve con un poco más de detalle el proceso de creación de estas piezas de arte.
Simplificando mucho, el proceso comienza cuando la cartógrafa de la empresa prepara el mapa que se va a utilizar en un globo determinado, pues se personalizan según las especificaciones del cliente. Este mapa se corta luego en gajos que son humedecidos y colocados cuidadosamente sobre el globo, previamente marcado con unas guías que ayudan a colocarlos. Luego viene el proceso de pintado con acuarela y el de barnizado. En paralelo, un equipo de carpinteros prepara el soporte en el que irá el globo.
Para un globo de los más pequeños que fabrican el proceso puede durar un mes. Para los más grandes, ocho meses. Aunque Peter Bellerby, el dueño de la empresa, estima que una reproducción de un globo celeste del siglo XVII que les ha encargado el museo de el Louvre va a necesitar hasta un par de años de trabajo.
Por eso no es de extrañar que cuando le preguntan a Leo, uno de los empleados de la empresa, qué pasa cuando comete un error él responda «lloro».
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