Por Nacho Palou — 1 de agosto de 2017

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Esta campaña de Kickstarter aspira a reeditar la guía de diseño Humanscale. Esta guía confeccionada por el estudio de diseño Henry Dreyfuss Associates se consideró en su época “una referencia esencial para los diseñadores y arquitectos”. La guía se editó por vez primera en 1974, como un derivado de otro manual anterior confeccionado por el propio Dreyfuss, en los años de 1960.

Humanscale consiste en una serie de cartas con información y medidas del cuerpo humano. Sirve como referencia para la fabricación de muebles, sillas, vehículos, tractores, cascos,... incluye las medidas y proporciones de hombres, mujeres, niños, discapacitados y ancianos.

Para la reedición los diseñadores de la consultora IA Collaborative han trabajado con las impresiones originales, según Dezeen.

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Todos los productos, desde sillas de oficina o dispositivos médicos, requieren diseños que “encajen” en el usuario final. Dar con los datos del factor humano que uno necesita para lograr ese “encaje” puede ser muy difícil, ya que a menudo esa información está dispersa entre innumerables fuentes. A manos que uno tenga la suerte de poseer una de estas guías.

La duda que surge es si esos manuales de hace 30 o 40 años (que llevan décadas sin editarse, aunque se pueden encontrar a precio desorbitado, de coleccionista) tienen alguna utilidad hoy, más allá de invocar la nostalgia o decorar.

Conforme el diseñador rota el disco, la guía muestra las medidas correspondientes al parámetro seleccionado. Por ejemplo, un diseñador de Ikea que está trabajando en un escritorio para niños puede rotar el disco selector primero a “Edad 5” y después a “Edad 12” para encontrar el rango de espacio adecuado que debe dejar para las piernas.

La duda es sí el rango de espacio adecuado que proporciona la guía (en pulgadas y en centímetros) sigue siendo adecuado hoy en día. Después de todo ha pasado tiempo suficiente como para que todas aquellas medidas y relaciones del cuerpo humano con el entorno hayan perdido al menos cierta validez. Esto es algo que uno mismo puede percibir en su día a día: asientos estrechos, puertas pequeñas, camas cortas, lavabos o encimeras de cocina bajos,... Por ejemplo, aunque uno no sea exageradamente alto incrementar un poco la altura de lavabos y encimeras (si se tiene la ocasión) hace que sean mucho más cómodos de usar — precisamente por no usar medidas las “normales”.

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Esto es algo que también dicen las estadísticas: en España la estatura media de los jóvenes españoles ha crecido siete centímetros en dos décadas; en EE UU el peso promedio de los hombres pasó de 75 kg en 1960 a 86 kg en 2002, y el de las mujeres pasó de 63,5 kg en 1960 a 74,5 en 2002. Y lo mismo sucede con los niños y con el tamaño de otras partes del cuerpo, como los pies.

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Un Beechcraft 1900 D como el accidentado operado por AirMidwest para USAir Express, en 1997. Fotografía (GFDL) de Alain Durand.

La variación en el promedio de las medidas y pesos de las personas no es nada trivial, y va más allá de que haya sillas demasiado pequeñas o lavabos o váteres que están demasiado bajos.

El 8 de enero de 2003 un Beechcraft 1900 D de la compañía Air Midwest se desplomó del cielo a los 37 segundos de haber despegado. Se determinaron dos causas para este accidente: un ajuste incorrecto de la tensión los cables que debían mover los planos de cola y un exceso de carga en el avión.

La sobrecarga se debió a que el peso calculado entre pasajeros y equipaje era superior al calculado usando datos estadísticos: en realidad de promedio cada pasajero pesaba 9 kg más de lo que calcularon los pilotos.

De modo que cuando el avión despegó el ángulo de ascenso se incrementó inesperadamente (al avión se le “descolgó” el culo), posición que los pilotos no pudieron corregir debido al error en el ajuste de la tensión de los cables. Ninguno de los dos problemas habría tenido consecuencias fatales por separado, pero sí cuando ambos problemas aparecieron juntos.

De hecho, a partir de ese accidente la FAA revisó por primer vez desde 1936 los valores de peso promedio de los pasajeros, y la NTSB (la agencia para la seguridad del transporte, en EE UU) desde entonces recomienda utilizar el peso real y no el peso promedio en vuelos con aviones pequeños, más sensibles al sobrepeso.

Precisamente por eso recientemente la compañía aérea Hawaiian Airlines se vio envuelta en una polémica por pesar a los pasajeros, a pesar de que es una recomendación de seguridad y que es algo que hacen habitualmente cada vez más aerolíneas cuando se trata de vuelos en aviones pequeños.

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