Yi-Fei Chen creó este arma conceptual consistente en una pistola que recoge las lágrimas para congelarlas y convertirlas en proyectiles – una forma con la que imaginaba descargar su rencor ante las desavenencias con los profesores.
Según cuentan Yi-Fei Chen creció en Taiwan, donde cuestionar a la autoridad –incluso la de los profesores– se considera algo muy descortés. De modo que cuando tuvo oportunidad de irse a estudiar a Eindhoven (Holanda) se enfrentó a unos sentimientos contrapuestos al acceder a una cultura educativa distinta más abierta y receptiva a la crítica constructiva.
Ese cambio cultural hizo brotar en ella la idea de crear esta pistola y el vídeo demostrativo en el que se ve cómo el rencor desatado tras años de contención se convierte en lágrimas – que son congeladas en forma de balas listas para descargar la ira como mortales disparos.
Desde luego práctico no será, pero la buena mujer se habrá quedado bien a gusto con el invento. Eso sí, no sabemos qué nota le puso el profesor, aunque sabemos por Dezeen que pudo graduarse y exponer su creación al público.