Es como la Biblioteca de Babel de Borges pero en fotografías. Se llama Every Possible Photograph y es una obra de Jeffrey Thompson. Consiste básicamente en un software que genera todas las combinaciones posibles para una imagen fotográfica, píxel a píxel.
Intentar crear todas las imágenes posibles que podría captar una cámara es esencialmente construir una máquina del tiempo. En algún lugar de ese conjunto de imágenes y junto a billones de otras «sin sentido» habrá una fotografía de mi, otra fotografía de mi si no me hubiera cortado el pelo la semana pasada y una fotografía en la que estoy posando con algún desconocido.
Dice que el código fuente –que por otro lado debe ser bastante sencillo– estará disponible próximamente. Naturalmente, esperar a que ese programa se complete es fútil: no habrá tiempo en la vida de nuestro planeta, de la galaxia ni probablemente del universo como para que se generen todas esas imágenes posibles, aunque se calcularan con el más rápido de los ordenadores – de hecho tampoco habría espacio para almacenarlas.
No he encontrado cálculos al respecto, pero son sencillos: supongamos una imagen con la cámara de un teléfono de 8 Mpx (3264 x 2448) con valores RGB normalitos. Estaríamos hablando de que cada uno de esos ~8 millones de píxeles RGB puede tener un valor entre 0 y 255 para el rojo, 0 y 255 para el verde y 0 y 255 para el azul, unos ~16 millones valores distintos en total para cada píxel.
Las combinaciones posibles para 2 píxeles serían entonces de esos 16 millones × otros 16 millones; para 3 píxeles serían 16 millones × 16 millones × 16 millones, etcétera, en general 16n siendo n el número de píxeles. El valor aproximado sería
16.000.0008.000.000
que más o menos equivalen según la calculadora a
7 × 1060000000 fotografías
Teniendo en cuenta que desde la Gran Explosión hasta ahora han transcurrido tan solo 4 × 1017 segundos o que un gúgol (número inimaginablemente gigantesco) es 10100 cabe imaginar que el tiempo necesario para generar todas esas fotografías –por muy rápido que se generara cada una de ellas individualmente– es… bien, digamos simplemente que mucho tiempo.
No obstante, lo interesante es que el número de imágenes aunque grande es finito, limitado. Y efectivamente como describe el autor allí estarían contenidas todas las imágenes posibles para ese tipo de cámara –al igual que en los libros de la Biblioteca de Babel– incluyendo la fotografía más bella del universo, la imagen del momento exacto de tu muerte y una fotografía de ti leyendo esta anotación sobre «todas las fotografías posibles» en este preciso instante. ¡Clic!