Por Nacho Palou — 3 de julio de 2017

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En Fast Co.Design, A Comic Sans For The 21st Century Is Here,

"Esperaba una comparación con la Comic Sans”, dice el diseñador de tipos Jonathan Hoefler con sequedad cuando menciono que su nueva familia tipográfica Inkwell pide esa comparación a gritos. Es difícil no trazar paralelismos: ambas fuentes están inspiradas en la escritura a mano, tienen un aspecto “amigable” y están diseñadas para parecer escritas con bolígrafo o rotulador.

Pero también existen diferencias evidentes entre ambas. “La Comic Sans pretendía ser algo informal pero se quedó en poco profesional”, dice Hoefler. “Al diseñar la Inkwell quería que fuera informal pero que a la vez estuviera bien hecha.”

La idea es ofrecer la posibilidad de utilizar una tipografía amable y “como escrita a mano” que al parecer es algo que a la gente le encanta. Lo cual no tiene sentido porque para eso ya existe la posibilidad de escribir a mano de verdad. O dicho de otro modo, la idea es que la se pueda usar una tipografía con las virtudes y atractivos de la Comic Sans (informal, amable, con bordes redondeados para “no pinchar”,...) sin acabar siendo objeto de burlas.

Eso sí, dudo que logre su objetivo porque la Comic Sans viene incluida con Windows, mientras que la fuente Inkwell cuesta 500 euros.

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