Por @Alvy — 4 de enero de 2009

La extraña historia de Donald Peters, un hombre de 79 años de Connecticut que compró su tradicional billete de lotería como hacía siempre, con tan buena suerte que fue agraciado con 10 millones de dólares, pero con tan mala suerte que murió ese mismo día de un ataque al corazón, antes siquiera de saber que había sido agraciado.

El premio lo cobró su viuda. Uno de sus hijos dijo que el hombre tenía tan buen sentido del humor que «hubiera apreciado la ironía de la situación».

(Azarosa vía desde Neatorama.)

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