Por @Alvy — 2 de octubre de 2020

Dependiendo de la situación puedes elegir cómo enmarcar tu toma de decisiones. Depende de si la situación requiere elegir entre acciones o formarse una opinión en base a las evidencias.

– Cassie Kozyrkovz

Según Cassie Kozyrkovz, Jefa de Inteligencia de Decisión de Google, hay dos tipos de personas en el mundo: las bayesianas y las frecuentistas. Esto está relacionado con el azar y su interpretación estadística y probabilística más profunda a la hora de tomar decisiones o elegir opciones. Una cuestión que pasa de ser una mera «diferenciación estadística» a algo con ciertas implicaciones filosóficas por no decir metafísicas.

Puedes hacer un pequeño experimento para saber a qué grupo de personas perteneces viendo cómo Kozyrkovz lanza una moneda al aire sobre la palma de su mano. Cuando caiga, responde:

¿Cuál es la probabilidad de la moneda haya salido «cara» una vez que ya ha caído, pero antes de ver el resultado?

Una persona bayesiana diría que esa probabilidad es del 50%, dado que hay las mismas probabilidades de que salga cara o cruz. Simplemente no se sabe. Es cierto que Kozyrkovz lo sabe porque lo ha mirado (y lo sabe con certeza) pero tú no, que es a quien se pregunta, no lo sabes, y eso puede ser lo importante.

En cambio, una persona frecuentista diría que es o bien del 100% o bien del 0%. La moneda ya ha caído y es un hecho consumado que es cara o es cruz. Kozyrkovz también lo sabe. No hay probabilidades llegados a ese punto. Y la moneda no va a cambiar mágicamente de orientación porque tú no lo sepas.

En el fondo esto es la diferencia entre quienes piensan que algunas cosas suceden aunque tú las desconozcas, y quienes se preocupan más por la realidad o las evidencias tras los hechos. También puede entenderse como que acerca de ciertos hechos puedes tener una opinión o bien centrarte en que indubitadamente hay cierto, aunque no conozcas esos hechos. Hay a quien le importa más su opinión, y modificarla con el tiempo, y quienes piensan que si se repite la prueba y la situación en la que hay que elegir opciones frecuentemente acertarán cierto número de veces.

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Me pareció también curioso cómo hay un momento [alrededor de 02:12] en el que el ejemplo de la moneda comienza a parecerse peligrosamente a un estado cuántico de superposición, como el de un fotón con el espín hacia arriba o hacia abajo con probabilidad 50/50. Kozyrkovz descarta esto rápidamente diciendo que esto es estadística y no «una moneda de Schrödinger» que está «¡oh, vaya! en un estado indeterminado». Hace bien porque el parecido es un espejismo y la mecánica cuántica no tiene nada que ver con esto.

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