Por @Alvy — 23 de noviembre de 2003

Historia-Los-PelayosLa Fabulosa Historia de Los Pelayos. Iván y Gonzalo García-Pelayo Plaza y Janés. Octubre 2003. Pregúntale a un matemático si se puede ganar a la ruleta francesa en el casino y te dirá que es imposible, porque el hecho de que exista el número 0 proporciona un margen al casino del 1/37 (~2,7%, que se convierte en un 5,4% en la ruleta americana que tiene además el 00). También te dirá que tampoco sirve ningún "sistema" psuedo-matemático para cambiar el tamaño o frecuencia de las apuestas (martingalas y similares) con esperanza ganadora. La matemática decide que la ruleta (como casi todos los del casino) es un juego perdedor para el jugador. Pregúntale lo mismo a un físico y te dirá que tampoco es posible: la compleja interacción entre la velocidad de la bola, el giro de la ruleta, los rebotes, el rozamiento, etc. hacen del sistema algo demasiado complejo y caótico como para poder hacer una predicción razonable. La Física permite calcular dónde estará exactamente Saturno dentro de 100.000 años, pero no puede predecir en cuál de las 37 casillas caerá un bola en una pequeña ruleta, ni aunque se conocieran con gran precisión las condiciones ideales: el caos se adueña del sistema y la predicción es imposible. Por eso la ruleta es el juego de puro azar por excelencia: todos los números tienen la misma probabilidad de salir y el casino obtiene pingües beneficios mientras los jugadores son constántemente desplumados en un juego totalmente perdedor. ¿O no?

Pregúntale a los Pelayos, una familia que desde principios de los 90 ganó varios cientos de millones de pesetas en ruletas de todo el mundo y la respuesta será totalmente distinta. Esa es la historia que narra este libro, que me recomendó un lector de Microsiervos hace unas semanas y que procedí a encargar y devorar con avidez dada mi afición a todos estos temas (el azar y las probabilidades, el caos, los juegos y la imposible predicción del futuro). En realidad los Pelayos no han sido realmente los únicos en "saltar la banca" de un casino jugando a la ruleta. Circulan decenas de historias más o menos creíbles sobre este tipo de sistemas aparentemente imposibles, y probablemente habrá otras que nunca hayan salido a la luz (teoría: si funciona, ¿por qué divulgarlo?) Una de las más fiables es sin duda la de los Eudaemons, un grupo del M.I.T. que en entre en los 70 atacó la ruleta con un primitivo ordenador escondido en un zapato. Esta historia está excelentemente narrada en The Eudaemonic Pie (1979) por Thomas A. Bass.

El sistema ideado por Gonzalo García-Pelayo y descrito en el libro es totalmente de "baja tecnología" y asequible para todos los públicos:

El sistema García-Pelayo para la ruleta

Basándose en la premisa de que algunas ruletas concretas deben tener alguna imperfección física y que no existe la ruleta perfectamente aleatoria (abombamientos, tamaño de los casilleros de los números, flexibilidad de las placas separadoras, etc.) basta con examinar los números ganadores durante varios miles de lanzamientos buscando un sesgo hacia los que más frecuentemente aparecen. Si la ruleta tiene una pequeña deformación o abombamiento y, digamos, el 21 está en un "valle", tal vez salga con más frecuencia de lo que cabría esperar y superados ciertos valores es favorable apostarlo (puede que ese sesgo supere la ventaja teórica del 2,7% del casino). Tras examinar al menos 5.000 "bolas" (lanzamientos) sobre una ruleta real, se analizan los números que han salido más de lo normal. Salir "más de lo normal" significa que ese número aparezca "más de 1/36 de las veces", que sería lo habitual para obtener un premio [también podría hacerse con 1/37 ó 1/38, pero García pelayo prefiere el probabilidad vs premio].

Para saber si esa desviación es debida a un sesgo real del mecanismo de la ruleta o al puro azar, se comparan esos valores con dos límites. El primer límite es aquel que en una simulación realmente aleatoria por ordenador abarca al 95% de los casos (sólo un 5% de los casos se pasan del límite). El segundo límite es el que engloba al 99,95% de las simulaciones (sólo un 0,05% de los casos pasan ese límite). Si tras esas 5.000 tiradas comprobadas algún número supera el primer límite significa que casi con toda probabilidad habrá un sesgo real sobre ese número en esa ruleta debido a algún defecto (no hace falta saber cuál). Y se se supera el segundo, más estricto, el sesgo será según García-Pelayo "absolutamente seguro y cierto" mientras esa ruleta no se modifique o manipule. Por ejemplo: si tras 20.000 pruebas se espera el valor de +278 como límite al 99,95% y se observa que el 36 ha salido +633 veces de lo normal... es que algo extraño pasa. Conclusión: algo realmente extraño le pasa al 36, y hay que jugarlo porque es un número ganador. Si ese sesgo supera el 2,7 ó 5,4% de margen que tiene el casino, que es lo que sucede al pasar esos dos límites, la ruleta puede considerarse, en palabras de García-Pelayos, "una caja de ahorros" más que un juego de azar.

Aplicando este sencillo sistema de forma metódica, con miembros del equipo (casi todos familiares) que durante semanas tomaban números, mientras otros apostaban posteriormente, el Clan de los Pelayos ganó mucho dinero en el Casino de Madrid, en Barcelona, en Canarias... y en Amsterdam, en otras ciudades europeas y prácticamente en el resto del mundo, incluyendo Las Vegas y Australia. Las ganancias se elevaron a más de 250 millones de pesetas durante tres años a principios de los 90. Los casinos, obviamente, tomaron sus contramedidas cuando descubrieron a los sistemistas, cambiando las ruletas de sitio, de modelo o intercambiando piezas de unas y otras.

El libro incluye múltiples anécdotas personales, está escrito razonablemente bien (aunque para mi gusto lo mejor no es su narrativa, sino la parte físico-matemática) y describe a la perfección los múltiples problemas a los que los ganadores se tuvieron que enfrentar en todas partes: expulsión de los casinos por las buenas "y por las malas", y algunas de las batallas legales para recuperar su derecho a jugar (que ganaron en varias ocasiones al Casino de Madrid). Se habla de personajes como Juan Carlos Mortensen, amigo del grupo de los Pelayos, que ganó las Series Mundiales de Poker; de Edward O. Thorp y su libro Beat the Dealer donde se describió la estrategia ganadora para el BlackJack, y se menciona de pasada a un grupo de "personas del Este" que juegan a la ruleta con un sistema "balístico" similar al de los Eudaemons, pero sin ordenadores (la trayectoria de la bola y el lugar aproximado de caída se calcula "de cabeza"). De los tres apéndices que incluye el libro el primero describe el sistema para la ruleta, el segundo algunos datos sobre el Texas Hold'em (Sin Límite de Texas) y el tercero un sistema para la Quiniela (1X2) que es probablemente lo más pobre y menos creíble/comprobable del libro: de hecho los autores aseguran que formaron una peña para este sistema pero dado que era carísimo de jugar (casi 15 millones de pesetas a la semana) y el largo plazo requerido para garantizar el sistema (de 3 a 5 años) decidieron disolver el negocio. Algo más de información sobre Los Pelayos en la Web:

Mientras los matemáticos y físicos se daban por derrotados ante la ruleta, los Pelayo ganaron. El patriarca de la familia ahora se dedica a otras cosas más interesantes, como el póker por Internet.

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