¿Te imaginas jugar a una lotería en la que tu número es el mismo que el de todos tus vecinos, pero solo resultas premiado si has apostado? Al parecer es cómo funciona la Nationale Postcode Loterij, una lotería de carácter no lucrativo organizada por una agencia que se dedica a estas cosas.
Esto tiene que ver con las disquisiciones del autor de Briboneros, que explica que jugar a un juego con esperanza matemática negativa puede ser –según su punto de vista– una decisión extremadamente racional. Es toda una respuesta a las famosas «perlas de sabiduría» acerca de las loterías tradicionales tratándolas de «impuesto voluntario sobre la esperanza» (dicen que la frase es de Greg Egan) o como un «impuesto para los que no saben matemáticas».
La justificación tiene que ver con el efecto del juego «en grupo» y la envidia que una persona puede sentir si ganaran sus amigos/vecinos/compañeros de trabajo/bar y ellos no: «como le toque a esta panda de bastardos y a mí no, me da algo.»
Al respecto menciona este curioso caso:
Holanda ha aprovechado este sesgo psicológico creando la lotería del código postal. El premio lo reciben todos los que viven en el código postal premiado… siempre que hayan comprado un boleto. La máxima expresión del «no puedo permitir que le toque a todos estos y a mí no.»
Supongo que la cosa dependerá del carácter de cada cual, pero es cierto que como escenario hipotético esa lotería resulta especialmente interesante.
(Vía @MalaPrensa.)