Por @Alvy — 28 de noviembre de 2008
Una historia real, con moraleja:
El dueño de un bar que normalmente frecuento eliminó de su mobiliario las máquinas recreativas tipo B [tragaperras] hace un par de años (…) le pregunté el porqué de dicha decisión y su respuesta fue (…) que se arrepentía bastantes veces de haberlas puesto cuando veía los dramas económicos que se generaban en muchas personas que se dejaban una verdadera pasta a diario en la máquina de su bar. En el fondo dice que fue un alivio eliminarla a pesar de minorar los ingresos del negocio.
La historia al completo en Ganar dinero con la ludopatía ajena en Pymes y Autónomos.
La ley está ahí, es legal por supuesto, y jugar también, pero convivir a diario con una clientela que está destrozando su vida, dado que la mayoría de los clientes son ludópatas, tiene que dejar un regusto un poco amargo en la cuenta corriente, mientras se llora con un ojo y con el otro se cuenta el dinero.
En cambio, cuando esto sucede en Internet, parece que esa gente queda «más lejos».