Por @Alvy — 23 de Junio de 2004

El Tribunal Supremo ha terminado por dar la razón a los Pelayos en un largo contencioso de sentencias y recursos relativas a la prohibición que pesaba sobre ellos a entrar en el Casino Gran Madrid después de que ganaran astronómicas sumas de dinero en la última década.

La sentencia definitiva viene a decir que ser ingenioso, calcular estadísticas o analizar los datos en un ordenador de casa no es «hacer trampas» («irregularidades en la práctica de los juegos», según denunciaba el casino) y que por tanto los Pelayos tienen derecho a entrar en el casino cuando quieran.

(…) Según la sentencia, en los referidos jugadores “hubo, sin más, la utilización del ingenio y la aplicación de la técnica informática para descubrir que en una o unas determinadas ruletas unos números tenían, por causas físicas atinentes a ligerísimas imperfecciones de construcción o colocación, imperceptibles a simple vista, más probabilidades que otros en resultar ganadores a lo largo de un tiempo de juego más o menos prolongado”. El Supremo señala que “la lícita reacción defensiva” de la empresa titular del casino “no pasa por la expulsión o prohibición de entrada de aquellos jugadores, sino por el cambio de emplazamiento de las ruletas, el intercambio de sus componentes, o la mejora en el diseño, construcción o asentamiento de unas u otros. (Telemadrid)
Felicidades por tanto a los Pelayos y a todas esas personas ingeniosas que se empeñan en retar al sistema establecido e ir más allá.
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