El núcleo del Halley visto por la Halley Multicolour Camera (HMC) de la sonda Giotto – ESA/MPAe Lindau
En la noche del 13 al 14 de marzo de 1986 la sonda Giotto de la Agencia Espacial Europea se aproximó hasta una distancia mínima de 596 kilómetros del núcleo del cometa Halley. Fue la aproximación más cercana de todas las sondas de la «Flotilla Halley». Las imágenes revelaron un objeto de 15×7,2×7,2 km en el que los instrumentos de a bordo detectaron material orgánico en un cometa por primera vez.
Este montaje muestra seis imágenes del histórico sobrevuelo, la primera (arriba a la izquierda) tomada unas tres horas antes de la máxima aproximación, desde una distancia de 766.371 km, y la última (abajo a la derecha) tomada sólo 27 segundos antes de la máxima aproximación, a 1.917 km del núcleo:
Secuencia de imágenes de la aproximación al Halley de la sonda Giotto – ESA/Giotto/HMC – Copyright MPAe/MPS 1986
Unos días antes las sondas soviético-francesa VeGa 1 y VeGa 2 habían hecho sus aproximaciones al cometa. Pero sus aproximaciones mínimas fueron de unos 10.000 y 8.030 kilómetros respectivamente. Sus imágenes, lógicamente, no son tan detalladas, aunque años más tarde, tras ser convenientemente procesadas, también se pudo apreciar que en ellas se podía discernir el núcleo del cometa. También sirvieron para refinar la trayectoria de la Giotto para su aproximación final. Antes de eso ambas sondas habían liberado sendos globos aerostáticos en la atmósfera de Venus; fue la primera vez que conseguimos volar en otro mundo.
Otras dos sondas que estudiaron el Halley fueron las sondas japonesas Sakigake y Suisei, que se aproximaron hasta los 6.990.000 y 151.000 kilómetros del Halley respectivamente. Aunque el récord de mínima aproximación máxima corresponde a la International Cometary Explorer (ICE) de la NASA, que se quedó a 28 millones de kilómetros. Pero en honor a la verdad hay que decir que visitar el Halley no era su misión principal, así que tampoco está mal.
Giotto fue, en cierto modo, la precursora de la misión de Rosetta, la sonda que entre 2014 y 2016 estudió el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko llegando a colocar el aterrizador Philae sobre su superficie.
Al Halley, por cierto, no le toca volver hasta el año 2061. A ver si para entonces las circunstancias para su observación son mejores que en 1986; en aquel año el perihelio del cometa se produjo con la Tierra al otro lado del Sol.
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