Por @Wicho — 27 de Enero de 2007

Hoy se cumplen 40 años del fallecimiento de Virgil «Gus» Grissom, Ed White y Roger Chaffee en el incendio durante un ensayo de la cápsula de mando que por aquel entonces se conocía como AS-204, aunque meses después, y a petición de sus viudas, la misión fue rebautizada Apollo 1 con carácter retroactivo.

Grissom, White y Chaffee © NASA

Por motivos de sencillez en los sistemas y para poder ahorrar peso y en vista de que ni en los programas Mercury ni Gemini había habido ningún problema, y aún a pesar de las recomendaciones en contra del fabricante, la NASA decidió que las cápsulas del programa Apollo utilizaran una atmósfera de oxígeno puro a baja presión, que en caída libre en el espacio se comporta prácticamente como el aire, tanto para las necesidades fisiológicas de los astronautas como en lo que se refiere a su comportamiento ante el fuego.

El problema es que durante las pruebas en tierra había que trabajar a una presión mayor, y aquel fatídico día una chispa en la parte posterior de uno de los paneles de instrumentos provocó un feroz incendio que en 17 segundos había acabado con la vida de los tres astronautas, quienes afortunadamente murieron asfixiados, aunque sus cuerpos sufrieron horribles quemaduras a causa del fuego.

Después del accidente y una vez determinada la causa de este se rediseñaron los módulos de mando del programa Apollo, fundamentalmente con la eliminación de cualquier material inflamable de su interior, la instalación de recubrimientos aislantes en cables y tuberías, la adopción de una escotilla que se abría hacia fuera y que podía ser activada en menos de diez segundos y el abandono de las atmósferas de oxígeno puro en tierra en favor de una mezcla al 60% de oxígeno y 40% de nitrógeno que en las primera 24 horas de vuelo se iría cambiando paulatinamente a una de oxígeno al 100%.

Todos estos cambios, aparte de contribuir a la seguridad de todos los vuelos del programa, probablemente tuvieron mucho que ver con que al volver a activar el módulo de mando del Apollo 13 a la vuelta de su misión abortada a la Luna no se produjera un solo cortocircuito a pesar de que su interior estaba completamente cubierto de condensación.

El del Apollo 1 es el primero de los tres aniversarios que la NASA tendrá que recordar en los próximos días, ya que mañana mismo se cumplen 21 años del desastre del transbordador espacial Challenger durante el lanzamiento de la misión STS-51L y el jueves 1 de febrero se cumplen cuatro años de la pérdida del Columbia a la vuelta de la misión STS-107, ambos con sus tripulaciones al completo.

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