Respondiendo a una pregunta que unos cuantos lectores han planteado en Twitter a raíz del vídeo del aerografito... Si el aerografito tiene menor densidad que el aire, ¿por qué no sale volando? Ahí va la que creo es la respuesta correcta:
Efectivamente si el aerografito tiene una densidad menor que la del aire las leyes físicas nos dicen que debería flotar sobre este. Un metro cúbico de aire pesa 1,2 kilogramos, mientras que un metro cúbico de aerografito pesa más o menos 0,2 gramos (depende del tipo). Debería tender a subir. Sin embargo -aunque sea por poco- no lo hace.
La diferencia con otros compuestos, como los gases -el hidrógeno o el helio, por ejemplo- es que el aerografito no es un gas: es un material con una estructura. Es como una esponja y esa estructura está llena al 99,9% de aire entre los «huecos» del propio nanomaterial. Por eso el conjunto de la estructura y el aire que contiene pesan prácticamente lo mismo que el aire.
Algunas esponjas ligeras se mantienen en la superficie del agua si las colocas cuidadosamente en equilibrio (porque retienen el aire) pero se hunden si las mojas previamente. Pues más o menos lo mismo.
Si pudieras crear una estructura de aerografito cerrada en cuyo interior hicieras el vacío, tendrías una especie de globo aerostático más ligero que el aire - y volaría. Eso sí, el material debería resistir la enorme presión exterior. Exactamente en este principio se basaban los globos de vacío de Neil Stephenson en su novela La era del diamante, que ya fueron teorizados por Francesco Lana de Terzi en 1670 y con los que soñaba con construir barcos voladores.