Por @Wicho — 23 de noviembre de 2011

Anoche la Agencia Espacial Europea consiguió ponerse en contacto con la sonda espacial rusa Fobos-Grunt, que lleva dos semanas varada en órbita terrestre cuando debería estar de camino a Marte: Una antena de la ESA consigue contactar con la misión rusa a Marte.

Lanzamiento de la Fobos-Grunt
Lanzamiento de la Fobos-Grunt el pasado 8 de noviembre, perfecto en su primera fase

Llevan intentándolo desde el pasado día 9, cuando NPO Lavochkin, que opera la misión para Roskosmos, la agencia espacial rusa, les pidió ayuda tras comprobar que ellos no conseguían establecer contacto con la sonda.

Pero dado que no se conoce con exactitud la órbita en la que está la Fobos-Grunt, al final lo que ha funcionado ha sido añadir una antena extra al plato de 15 metros que tiene la ESA en Australia para poder así emitir una señal más dispersa a través de la que pasara la sonda.

La antena extra - ESA
La antena añadida - ESA
Clic para ver en grande (pero con poca calidad)

Es un poco como buscar algo en la oscuridad con una linterna que tenga un foco muy estrecho o hacerlo con una que tenga el foco más ancho.

Además, dado que la radio de la Fobos-Grunt está pensada para recibir señales muy débiles durante su viaje a Marte y una vez allí –y esto es uno de los múltiples errores cometidos en el diseño de esta sonda– la ESA emitió las señal con una potencia muy baja, para evitar saturar la radio de la sonda con una señal demasiado potente.

Así que a las 21:25 hora de España (UTC +1) la estación de Perth estableció finalmente contacto con la Fobos-Grunt, consiguiendo que esta transmitiera datos de vuelta, que han sido pasados a NPO Lavochkin.

Esta noche hay otras dos ocasiones en las que debería ser posible volver a tomar contacto con la sonda, de las 21:21 a las 21:28, y de las 22:53 a las 23:03.

El problema es que a estas alturas ya ha pasado el momento en el que la Fobos-Grunt podía haber recibido nuevos comandos y emprender su camino a Marte con opciones de completar su misión original de acercarse a Fobos, una de las lunas del planeta, tomar una muestra de su superficie, y devolver esta muestra a la Tierra.

Ahora podría todavía –y es un podría muy hipotético– ser posible reprogramarla para realizar una misión sólo de ida, lo que también daría al traste con el el Living Interplanetary Flight Experiment (LIFE, Experimento Vivo en Vuelo Interplanetario) de la Sociedad Planetaria, una cápsula con organismos vivos que iba a comprobar su capacidad para sobrevivir a un viaje por el espacio.

Pero por de pronto NPO Lavochkin y la ESA tienen aún que apañárselas para seguir hablando con la sonda, intentar llegar a un diagnóstico de por qué no se encendieron los motores para ponerla rumbo a Marte cuando tenían que haberlo hecho, y reprogramarla si aún es posible.

Todo esto, claro está, en apenas unas semanas, antes de que la órbita de la Fobos-Grunt decaiga definitivamente y termine desintegrada en la atmósfera, lo que lamentablemente parece que será su destino más que probable.

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