Desde hace tiempo se viene especulando con la posibilidad de que una vela solar sea capaz de servir de método gratuito de impulsión de una nave espacial.
La vela solar funcionaría gracias a la combinación de los efectos sobre ella de la presión de radiación de la luz del Sol (u otra fuente de luz) y de la fuerza ejercida por el viento solar, que es el chorro de partículas que la atmósfera de cualquier estrella emite al espacio.
Es, por decirlo así, el equivalente espacial a las velas de los barcos, y de ahí su nombre, pero estas dos fuerzas son muy débiles, por lo que las velas solares, de funcionar, no servirían para grandes aceleraciones sino para ir ganando velocidad poco a poco.
Desde 2005 habido varios intentos para probar el funcionamiento del concepto en la práctica, pero hasta la fecha todos hasta ahora han fallado, aunque sí ha habido pruebas con éxito del desplegado de estas, ya que tienen que ser lanzadas al espacio plegadas.
Sin embargo, hoy la Agencia Japonesa de Investigación Aeroespacial anunciaba que han conseguido desplegar con éxito la vela solar de su nave IKAROS, Interplanetary Kite-craft Accelerated by Radiation Of the Sun, Nave-cometa Interplanetaria Acelerada por la Radiación Del Sol.
La vela de esta nave es cuadrada, de 20 metros de diagonal, y está formada por una lámina de un polímero de imida de 7,5 micrómetros de grosor con una capa de células fotovoltáicas que se usarán para producir electricidad para alimentar la nave y ocho LCD embebidos cuya reflectancia se puede cambiar y que se espera que sirvan para dirigir el rumbo de esta.
Ilustración de la apariencia de la vela desplegada - JAXA
Con el mero hecho de conseguir su despliegue, que se realizó poco a poco -IKAROS fue lanzado el pasado 21 de mayo- y de comprobar que está produciendo electricidad ya se han cumplido dos de los objetivos de la misión.
Ahora queda comprobar si en efecto la presión de la radiación de la luz del Sol le hace ganar aceleración y si es posible dirigirla mediante los paneles reflectores. La idea es que si se hacen más reflectantes los paneles de un lado la nave tenderá a girar hacia este, y es un método que debería funcionar, ya que tanto las sondas Mariner 10 como la MESSENGER usaron la presión del Sol como método de control de actitud durante sus misiones.
Si todo va bien IKAROS pasará los próximos seis meses viajando hasta Venus, de donde partirá luego en un viaje de tres años hacia el lado del Sol más alejado de la Tierra, y más adelante la tecnología será probada en una sonda con destino a Júpiter propulsada por una vela de 50 metros.
Por cierto que junto con IKAROS fue lanzada también la sonda Akatsuki (Amanecer), que también tiene como destino venus, aunque en este caso su sistema de propulsión es el tradicional.
(Vía Universe Today).