Por @Wicho — 11 de julio de 2008

Con prisas porque en unos minutos salgo de viaje, nuevos análisis de muestras de origen volcánico traídas de la Luna durante el programa Apollo revelan que hace unos 3.000 millones de años había agua en nuestro satélite que no provenía del impacto de meteoritos, que es el origen que se le atribuye a los restos de agua que se cree que puede haber cerca de los polos lunares.

Muestras lunares en las que se detectó agua - NASA
Muestras lunares en las que se detectó agua - NASA

Esto pone patas arriba los modelos manejados hasta ahora sobre el origen de la Luna, que se supone que viene del impacto contra la Tierra de un planeta de un tamaño aproximado al de Marte.

Según se suponía la violencia del impacto y las temperaturas implicadas habrían hecho que la Luna fuera desde siempre seca, con lo que o bien el trozo de Tierra desgajado de esta en el impacto de alguna manera consiguió retener su humedad, o esa agua tiene que haber llegado a la Luna de otro modo en los aproximadamente 100 millones de años inmediatamente posteriores a su creación.

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