Con ustedes, un crack. El crack de las matemáticas. El tipo que demostró lo que miles de matemáticos intentaron en vano durante siglos: la demostración del último teorema de Fermat. Lo explica con más detalle Gaussianos: Andrew Wiles, premio Abel 2016.
La historia al completo de Andrew Wiles la contó Simon Singh en uno de sus mejores libros –que está en mi lista de los grandes favoritos: El Enigma De Fermat (2002) (Ariel, 2015). Este vídeo de Numberphile es un pequeño resumen en boca del propio autor:
La cuestión de fondo es que la demostración del más famoso teorema sin solución absorbió la atención de Wiles de tal forma que literalmente dedicó su vida a ello: comenzó a los 10 años y desde que decidió concentrarse en el tema (más bien a una «demostración colateral» que de paso le proporcionaría «gratis» el teorema de Fermat) pasó siete eternos años. No paró hasta que encontró la demostración cuando tenía 40 años. Por desgracia para él, su demostración contenía un error, algo que no terminó de corregir hasta dos años después, en 1995.
Imaginar la extraordinaria presión de haber dedicado toda tu vida profesional, personal y tu tiempo en este mundo a un problema aparentemente sin solución; o pasar por traumas como el de descubrir un «error» tras 30 años no es algo que la mayor parte de la gente pudiera siquiera soportar sin enloquecer.
Sin embargo el desarrollo de su demostración le ha valido la fama mundial, el paso a la historia y un rincón eterno en todos los libros de texto. Este nuevo premio se une a todos los demás que ya atesoraba, que tal y como enumeran en Gaussianos son muchos, tanto en cantidad como en calidad. Y a falta de los premios Nobel de matemáticas no está mal un premio Abel.