Los anillos de Urano vistos por la Voyager 2 – NASA/JPL
El 10 de marzo de 1977 los astrónomos James L. Elliot, Edward W. Dunham, y Douglas J. Mink se proponían estudiar la atmósfera de Urano gracias a la ocultación de la estrella SAO 158687 por parte de éste. La idea era observarla atentamente con el Observatorio Aerotransportado Kuiper y medir cómo cambiaba la luz que nos llega de la estrella justo antes y justo después de desaparecer detrás de Urano.
En esos momentos la luz de SAO 158687 se vería modificada al pasar por la atmósfera de Urano y mediante un espectro de absorción los cuatro astrónomos esperaban averiguar cosas acerca de ella.
Pero para su sorpresa SAO 158687 desapareció brevemente cinco veces antes de ocultarse detrás de Urano y otras cinco después, lo que les llevó a concluir que Urano tenía al menos cinco anillos, y nuevas observaciones llevadas a cabo el 10 de abril de 1978 les llevaron a descubrir la existencia de otros cuatro anillos, lo que elevaba el total a nueve.
Las observaciones de la Voyager 2 en 1986 no sólo permitieron observar estos nueve anillos sino que revelaron la existencia de otros dos anillos más, mientras entre 2003 y 2005 el Hubble descubrió otros dos anillos más bastante más alejados del planeta, lo que deja el total de anillos de Urano en trece… por ahora.
Anillos y satélites de Urano – Ruslik0
Los astrónomos creen que los anillos de Urano son relativamente jóvenes en términos cósmicos –apenas unos 600 millones de años– y que se formaron por la desintegración de varias lunas que chocaron entre ellas.
Es justo decir que William Herschel dijo en 1789 que había observado anillos alrededor de Urano, aunque eso es algo que muchos astrónomos modernos ponen en duda ya que son relativamente oscuros y débiles. Pero en cualquier caso de lo que no cabe duda es de que pudimos confirmar su existencia hace 40 años.
El sistema de anillos de Urano fue el segundo que descubrimos en nuestro sistema solar después del de Saturno, que se puede ver perfectamente desde la Tierra con telescopios no excesivamente potentes. En 1979 descubrimos los de Júpiter, en 1989 los de Neptuno, y ahora sabemos también que el asteroide Chariklo tiene dos anillos.
Así que tenemos localizados cinco sistemas de anillos, pero quién sabe cuantos asteroides más puede haber que los tengan. Y es que no hay como mirar con atención… aunque estés buscando otra cosa, que nunca se sabe.
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