Después del desastre del Columbia el gobierno de los Estados Unidos ordenó a la NASA restringir el número de misiones de sus transbordadores espaciales al mínimo imprescindible para completar su aportación a la construcción de la Estación Espacial Internacional para luego proceder a retirarlos.
Así, el manifiesto de lanzamientos post-Columbia no incluía ni la cuarta y última misión de servicio al telescopio espacial Hubble ni tenía sitio para poner en órbita el espectrómetro magnético Alpha, un instrumento diseñado para ser instalado en la ISS y pensado para detectar varias clases de materia exótica mediante la medición de rayos cósmicos y que ya estaba construido.
Con el tiempo, sin embargo, a la NASA se le fue quitando el susto de lo del Columbia y no sólo se realizó con un rotundo éxito esa misión de servicio al Hubble, sino que se añadió una misión más a la lista para poder poner en órbita el espectrómetro Alpha.
El AMS montado en la ISS - NASA/JSC
Esta misión es la denominada STS-134, que curiosamente quedaba fuera de secuencia e iba a ser lanzada antes que la misión STS-133, que hasta hace unos días estaba previsto que fuera la última de la flota de transbordadores de la NASA.
Pero la recién tomada decisión de cambiar un imán superconductor del espectrómetro por otro normal ha hecho que haya que aplazar su lanzamiento, tal y como se puede leer en Final Shuttle Flight Will Be Delayed at Least Until November for AMS Switchout.
La decisión de cambiarlo ha venido de que el imán superconductor en cuestión necesita un sistema de refrigeración para funcionar que se estima que en dos o tres años habría agotado sus suministros de consumibles, lo que dejaría el instrumento inoperativo para entonces, mientras que con un imán normal el espectrómetro podría durar hasta 18 años
Teniendo en cuenta que las agencias espaciales que gestionan la Estación Espacial Internacional han decidido hace poco extender su misión al menos hasta 2020 o incluso 2028 en vez de hasta 2015, esta modificación parece más que justificada.
La diferencia es que con el imán normal el instrumento será menos sensible, pero en este caso se ha estimado que es mejor tenerlo en funcionamiento más tiempo aún a cambio de esta pérdida de sensibilidad.
Así que al final, y si no hay más cambios, será el Endeavour el último transbordador en volar, no antes de noviembre de 2010.