Por @Wicho — 17 de marzo de 2008

La mañana del 10 de diciembre de 1996 la neuroanatomista Jill Bolte Taylor, que trabajaba en el estudio de las diferencias que puede haber entre un cerebro sano y aquel de personas a las que le ha sido diagnosticada una esquizofrenia u otra enfermedad similar, sufría una apoplejía que afectó su hemisferio cerebral izquierdo y que la dejaba incapaz de andar, hablar, leer, escribir o recordar nada de su vida.

En la charla My stroke of insight de las pasadas jornadas TED cuenta como fue vivirlo desde dentro, con el conocimiento añadido que le aportaba su especialización sobre lo que le estaba pasando.

No soy neurocirujano ni nada de eso, así que no se muy bien hasta qué punto sus explicaciones de que el hemisferio cerebral derecho es como un procesador en paralelo mientras que el izquierdo sería como un procesador en serie son precisas o tan siquiera generalmente aceptadas, ni tengo nada claro que su experiencia de que todos formamos parte de una especie de gran flujo de energía que captaríamos con el hemisferio derecho del cerebro sea tampoco algo que me convenza mucho, pero creo que en especial a partir del minuto 6 de la charla, cuando comienza a relatar lo que pasaba por su cabeza mientras se iba dando cuenta de lo que le pasaba y cómo iba reaccionando según su hemisferio izquierdo funcionaba o no a ratos, la cosa no tiene desperdicio...

Aunque quizás lo más impresionante de todo sea ver su aparentemente completa recuperación tras ocho años de trabajo y esfuerzo.

(Vía Boing Boing.)

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