No es que vayamos a poder hacer mucho si alguna vez descubrimos que un asteroide va a chocar contra la Tierra, aunque estamos empezando a hacer pruebas. Pero para poder hacer algo es necesario que lo descubramos con la suficiente antelación. Y uno de los grandes problemas que hay para esto es que no tenemos ningún sistema de alerta temprana para ello que cubra todo el cielo. O no lo teníamos. Porque desde hace unas semanas están en funcionamiento los telescopios ATLAS situados en Chile y Sudáfrica que junto con los otros dos de Hawaii nos permiten ver todo el cielo todas las noches a la caza de asteroides.
Aunque hay otros sondeos astronómicos con objetivos similares como por ejemplo el Catalina Sky Survey, Pan-STARRS o el Siding Spring Survey, por citar algunos, ATLAS se convierte en el primero –y por ahora único– en poder observar el cielo 24x7.
ATLAS, de Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System, Sistema de última alerta de impacto terrestre de asteroides, un sistema financiado por la NASA, lleva observando el cielo visible desde Hawaii desde 2015 con un telescopio y desde 2017 con dos. Son telescopios automatizados de 50 centímetros con un campo de visión 15 veces mayor que el tamaño de la Luna. Juntos, en una noche despejada, son capaces de observar todo el cielo visible desde allí cada noche.
Toman cuatro imágenes de cada sección del cielo separadas por doce minutos y el sistema informático que maneja los telescopios compara unas imágenes con otras en búsqueda de objetos que se hayan movido. Básicamente las estrellas y planetas no se mueven –o prácticamente no lo hacen– entre dos exposiciones; aparte de que sabemos dónde tienen que estar en cada una de ellas. Si aparece un objeto que se mueve entre exposiciones, es sospechoso de ser un NEO. Un objeto próximo a la Tierra, no Neo el de Matrix. Si no corresponde a ninguno de los que tenemos fichados, pues es uno nuevo que hemos fichado y que hay que vigilar por si acaso.
Se puede ver en línea la actividad de ambos: Haleakala y Manuna Loa.
ATLAS discovers comet P/2017 S5 pic.twitter.com/D6OW4FOTHZ
— ATLAS Project (@fallingstarIfA) September 29, 2017
El problema es que como un 25% del cielo del hemisferio sur no se puede ver desde Hawaii. Y ahí es dónde entran los telescopios puestos en marcha en Chile y Sudáfrica: ahora entre los cuatro podemos ver todo el cielo cada noche a la caza de asteroides. La diferencia horaria entre las distintas ubicaciones permite tener siempre al menos un telescopio sobre el que es de noche.
Izquierda: Estación Sutherland ATLAS durante su construcción en Sudáfrica – Willie Koorts (SAAO); Derecha: Ingenieros y astrónomos chilenos instalando el telescopio ATLAS en el Observatorio El Sauce
O casi todo el cielo porque el Sol por un lado y la Luna por otro restan sensibilidad a ATLAS. A fin de cuentas lo que intentan es equivalente a ver una cerilla encendida en Nueva York desde San Francisco, dos ciudades separadas por unos 4.000 kilómetros, y cualquier fuente de luz extra les hace la puñeta. De hecho los asteroides que vienen de la dirección del Sol son un problema para cualquier telescopio terrestre; por eso nos viene bien disponer de un observatorio como NEOWISE y, a partir de 2026 con su sucesor NEO Surveyor.
Pero volviendo a ATLAS, se calcula que puede avisar con un día de antelación del impacto de un asteroide de 20 metros de diámetro, capaz de destruir una ciudad; con hasta tres semanas de antelación para un asteroide de 100 metros, capaz de causar una amplia devastación regional. Un asteroide de ese tamaño podría producir una destrucción 10 veces superior a la de la reciente erupción del volcán Hunga Tonga si impactara contra la Tierra. Y con tres semanas tampoco nos daría tiempo a desviarlo.
Así que por la cuenta que nos tiene tenemos que seguir mejorando nuestros métodos de detección pues no es una cuestión de si un asteroide tocho va a chocar contra la Tierra sino de cuándo va a hacerlo. ATLAS, por ejemplo, si consigue financiación, tiene previsto instalar otros cuatro telescopios más.
ATLAS está en Twitter como @fallingstarIfA. Aunque la verdad es que tuitea más bien poco. El blog lo llevan aún peor.
(Vía Prof. Abel Méndez).
Relacionado,
- El encuentro casual pero preparado entre la Solar Orbiter y el cometa Atlas
- Llevábamos miles –o millones- de años cruzándonos con el meteorito de Cheliábinsk
- 2020 QG, otro asteroide que pasó rozando la Tierra sin que nos enteráramos de que venía
- Una animación que compara el tamaño de los más grandes asteroides (hay que hacerse a la idea para cuando venga uno)
- Avances en defensa planetaria por si viene el asteroide: «estamos trabajando en ello y resulta que es como en Armageddon»
- La Defensa Planetaria no servirá de mucho contra el impacto de un asteroide en un futuro lejano, así que vayamos haciéndonos a la idea
- Cómo salvar la Tierra del impacto de un asteroide en cinco sencillos pasos
- Pero… ¿Quién le pone nombre a los asteroides?