Digna del mismísimo Tesla, que asentiría orgulloso, esta especie de «barbacoa» –como la conocen cariñosamente en el Palais de la Découverte de Paris– es capaz de hacer levitar un disco de aluminio de un kilo de peso como si tal cosa. La fórmula es brutal pero sencilla: una corriente alterna de 800 amperios a 900 Hertzios atravesando unas bobinas de cobre alrededor de un núcleo de hierro. No es algo que pueda hacer cualquiera: es una intensidad impresionantemente alta esta que permite lograr una casi «mágica» levitación, y todo gracias a la inducción electromagnética.
El campo generado es tan potente que hasta puede iluminar bombillas sin hilos. El efecto de levitación se ve al principio del vídeo y desde 02:00 al final; en 02:35 se puede ver el efecto sobre las bombillas de una lámpara.
Es sin duda una gran demostración sobre algunos de los conceptos tras la electricidad y las ideas de Michael Faraday: un pulso de corriente puede crear un campo magnético, del mismo modo –pero a la inversa— que en otro tipo de ingenios es un campo magnético en movimiento el que genera corriente eléctrica: son caras de la misma moneda.