Lo que se ve en el vídeo es un prototipo de brazo protésico robotizado, no implantado, del cual el paciente puede mover individualmente cada dedo pensando en cuál de ellos quiere mover y cómo. Según los investigadores del Johns Hopkins se trata de la primera vez que se llega al nivel de de mover cada dedo individualmente de forma directa (enchufar y listo), sin que haya habido antes un entrenamiento previo por parte del paciente.
De hecho, el paciente que hace la prueba no sufre ninguna amputación —y su brazo se puede ver en la parte inferior, con un guante— pero se recurrió a él en tanto ya disponía de electrodos implantados quirúrgicamente para su tratamiento de epilepsia. El guante se utiliza para obtener más información sobre qué partes del cerebro participan el movimiento, para comprobar la respuesta táctil «de vuelta» durante el proceso.
Antes de conectar la prótesis, los investigadores registraron y grabaron la actividad cerebral responsable del movimiento de cada uno de los dedos a través de 128 electrodos implantados; después programaron el brazo protésico para el movimiento de cada dedo. En total, el proceso completo llevó apenas dos horas, un tiempo muy inferior a los largos e intensos entrenamientos que son habituales para lograr funcionalidad en este tipo de prótesis.
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