Vela solar desplegada NanoSail-D.
Una breve historia sobre las velas solares cuenta que fue Johannes Kepler quien, hace 400 años, sugirió, inspirado por la cola de los cometas, que sería posible viajar por el espacio en artefactos impulsados por velas.
Y que a mitad de camino entre Kepler y el desarrollo de velas solares James Clerk Maxwell (que ya en 1860 había probado que era posible realizar fotografías en color utilizando una combinación de filtros rojo verde y azul) demostró que la luz solar ejerce una pequeña presión a medida que los fotones rebotan de una superficie reflectante.
Éste último sería el concepto base para diseñar y construir velas solares.
Velas Solares – Las velas solares se basan en el principio de que la presión de radiación producida por la luz cuando incide y se refleja en una superficie (que, al estilo típicamente humano, es la forma fina de decir: «la fuerza que producen los fotones cuando rebotan a mogollón contra una superficie») es suficiente para que esa superficie se mueva, aunque sólo sea un poquito (nada que ver, ojo, con el viento solar, que es otra cosa distinta).
Este impulso fue aprovechado de forma imprevista por la sonda Mariner 10, que se había quedado sin combustible a mitad de camino en su camino hacia Mercurio,
Aunque la Mariner 10 (1974) no fue una misión impulsada por una vela solar, y a pesar de que la presión de la radiación que empleó fue increíblemente pequeña, este ingenioso uso de los paneles solares de la nave Mariner efectivamente demostró el principio de la navegación a vela solar.
La sonda Nanosail-D a punto de ser montada en las velas, desplegadas.
Foto NASA/MSFC/D. Higginbotham.
De las misiones de velas solares referidas en el artículo ambas fracasaron en su intento de probar una vela solar: el lanzamiento del Cosmos 1 falló en el verano de 2005; la NanoSail-D también se quedó a medio camino de su objetivo tres años depsués.