En 2014 comenzó la construcción del Telescopio de Treinta Metros en el Mauna Kea en Hawaii con todos los permisos pertinentes, pero desde entonces diversos recursos y contra recursos la han tenido parada más tiempo que activa.
De hecho la Corte Suprema de Hawaii llegó a retirarle el permiso de construcción, aunque en octubre de 2017 la junta de construcción se lo volvía a dar siguiendo una recomendación del juez Riki Amano, quien entendía que la gestión de la obra incluye planes para la mitigación de las consecuencias de cualquier actividad que se desarrolle allí y además valoraba el valor científico, económico y educativo del TMT. Pero esa decisión también ha sido recurrida.
Y ahora los directores del proyecto se ven con el problema de que hay un montón de componentes del telescopio que ya están siendo fabricados o a punto de empezar a serlo, con lo que empieza a apretarles el tiempo, ya que almacenar esos componentes si no hay dónde instalarlos añadirá sobrecostes al proyecto.
Así que han iniciado los trámites para tener listo el permiso de construcción lo antes posible por si finalmente deciden traerse el TMT al Roque de los Muchachos en la isla de La Palma, en Canarias, proyecto que está disponible para consulta pública en la web del ayuntamiento de Puntagorda. De todos los documentos disponibles quizás el más interesante sea la memoria del proyecto básico, aunque hay un montón de cosas que cotillear en esa documentación.
El Telescopio de Treinta Metros es uno de los mayores proyectos en marcha el campo de la astronomía. Formado por 492 espejos hexagonales de 1,4 metros, será el equivalente a disponer de un telescopio con un espejo único de 30 metros, algo que no somos capaces de construir.
Comparativa de grandes telescopios
Con ese tamaño de espejo será el segundo telescopio más grande del mundo, sólo por detrás del Telescopio Extremadamente Grande, antes conocido como Telescopio Europeo Extremadamente Grande.
Los responsables del TMT dicen que tomarán la decisión sobre si llevárselo a Canarias en abril, así que toca esperar.
(Vía Jan Hattenbach y Ángel Gómez Roldán).