Por @Wicho — 6 de Diciembre de 2020

La cápsula y su paracaídas ya en tierra - JAXA
La cápsula y su paracaídas ya en tierra - JAXA

Prácticamente seis años justos después del lanzamiento de la misión –tuvo lugar el 3 de diciembre de 2014– la cápsula de muestras de la sonda japonesa Hayabusa 2 aterrizaba esta pasada noche en el Campo de Experimentación de Woomera en Australia. Dentro vienen muestras tomadas en dos lugares distintos del asteroide 162173 Ryugu. La segunda de las tomas tuvo lugar en el cráter provocado por el impacto de un proyectil disparado contra el asteroide por la sonda con la idea de poder acceder a material que no llevara miles de millones de años expuesto a las condiciones del espacio.

Una curiosidad de la recuperación de la cápsula es que dado que el paracaídas se disparaba con dispositivos pirotécnicos las primeras personas en aproximarse a ella han sido dos artificieros que han comprobado que no quedaba ninguno de estos dispositivos que no se hubiera disparado.

Reentrada de la cápsula vista desde Australia – Curtin University, Kouchi University of Technology, Nihon University, Ibaraki University, JAXA
Reentrada de la cápsula vista desde Australia – Curtin University, Kouchi University of Technology, Nihon University, Ibaraki University, JAXA

Ahora, tras una primera inspección, la cápsula será llevada inmediatamente a Japón, dónde será abierta en una cámara especial llena de nitrógeno para asegurarse de que las muestras no se ven contaminadas de ninguna manera.

Pero además de traer a Tierra esas muestras Hayabusa 2 ha sido la primera misión en desplegar no uno sino hasta tres rovers sobre un asteroide, Minerva II 1A y 1B y MASCOT . Un cuarto rover falló antes de ser desplegado así que fue liberado en órbita alrededor de Ryugu para hacer mediciones de su gravedad estudiando su trayectoria hasta que impactó contra la superficie del asteroide unos días después.

Todo esto se une a todos los datos obtenidos por las cámaras ópticas, el espectrómetro y la cámara térmica que han ayudado a determinar la topografía y la composición de la superficie de Ryugu.

Hayabusa 2 era una misión compleja pero ha sido sin lugar a dudas un gran éxito de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y de sus socios en ella, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) francés, que diseñaron y construyeron MASCOT.

Es también un gran tributo a la misión de la sonda Hayabusa, que entre 2003 y 2010 consiguió traer a casa muestras del asteroide Itokawa. La misión tuvo todo tipo de problemas pero la perseverancia de su equipo consiguió llevarla a buen fin. Y está claro que en la JAXA tomaron buena nota de lo aprendido a tenor de lo bien que ha funcionado todo con Hayabusa 2.

De hecho aprovechando que la sonda aún goza de muy buena salud ayer mismo, tras haber dejado la cápsula de muestras en su trayectoria final de retorno, arrancaba su misión extendida. En ella viaja hacia el asteroide 1998 KY26. Está previsto que llegue a él en 2031 tras varias maniobras de asistencia gravitacional de la Tierra. Y de camino hará un sobrevuelo del asteroide 2001 CC21 en 2026. Todo un gran nuevo desafío para el equipo de la misión.

Hayabusa 2 es la segunda misión de la historia en traer muestras de un asteroide a la Tierra para su estudio. La primera fue Hayabusa. Y si todo va bien en septiembre de 2023 la misión Osiris-Rex de la NASA, que a finales de octubre de 2020 tomaba muestras del asteroide Bennu, será la tercera.

El estudio de los asteroides nos permite hacernos una idea de cómo eran las cosas en los tiempos en los que se originó nuestro sistema solar, ya que son una especie de muestras congeladas conservadas en el espacio desde entonces.

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