El primer escáner capaz de escanear un cuerpo humano completo se llama Explorer y produce estas espectaculares imágenes tridimensionales en apenas 20 o 30 segundos, 40 veces más rápido que los tomógrafos convencionales.
Según el equipo multidisciplinar que ha desarrollado Explorer, el equipo utiliza los escáneres de tomografía por emisión de positrones (TEP) de mayor sensibilidad para abarcar una "amplia gama de aplicaciones de investigación biomédica" con pacientes y voluntarios empleando una técnica de imagenología médica "extremadamente segura" que puede detectar y rastrear el movimiento de cantidades mínimas de radiotrazadores, compuestos marcados radioactivamente que se introducen en el cuerpo.