Cepillo de dientes tuneado como herramienta espacial - NASA/ESA
La exploración del espacio exige una cuidadosa preparación, ya que no vale aquello de «voy a bajar el súper que me olvidé de comprar naranjas».
Pero aún así hay veces en que toda la planificación se va al garete y no queda más remedio que improvisar.
A veces la vida de los astronautas depende de ello, como por ejemplo en el caso del Apolo 13, cuando una explosión dañó seriamente la nave y sus tripulantes tuvieron que utilizar el módulo de descenso lunar como una especie de salvavidas.
Uno de los problemas que hubo que solucionar fue el de poder usar los filtros de dióxido de carbono del módulo de comando en el módulo lunar, ya que aunque ambos servían para lo mismo sus formas eran incompatibles. Esto obligó al personal de tierra a improvisar unos adaptadores con el material disponible a bordo y a enviar las instrucciones a Lovell, Swigert y Haise para que los construyeran.
En otras ocasiones la cosa no es tan grave, pero aún así hay que buscar soluciones imaginativas, como cuando recientemente Sunita Williams y Aki Hoshide tuvieron que fabricar un cepillo de cerdas metálicas y un engrasador para poder instalar un componente de repuesto en el sistema eléctrico de la Estación Espacial Internacional.
Seguro que nadie lo esperaba, pero acabaron usando un cepillo de dientes para terminar la reparación.