Foto estereoscópica del telescopio Sheepshanks tomada por Piazzi Smyth en el Teide
Sir Isaac Newton escribía en su libro Opticks de 1704 que no se pueden construir telescopios a los que no afecte la atmósfera y que lo único que se puede hacer es buscar aire más «sereno y tranquilo» como por ejemplo el que hay encima de las montañas, por encima incluso de las nubes.
Pero la primera persona en comprobar que en efecto Newton tenía razón fue Charles Piazzi Smyth, Astrónomo Real de Escocia entre 1846 y 1888.
En 1856 pidió al Almirantazgo británico una beca de 500 libras para llevarse un telescopio al Teide, en Tenerife, petición que fue aprobada; contó además con la colaboración de Robert Stephenson, quien le prestó su yate, y la de Hugh Pattinson, quien le prestó su telescopio refractor de 18 centímetros.
Acompañado de su mujer –de hecho era su viaje de bodas– partió rumbo a Tenerife, donde montaron su campamento base en el Alto de Guajara, consiguiendo durante el mes que estuvieron allí unas observaciones considerablemente mejores que las que se podían obtener desde Edimburgo, dejando incluso aparte el tema de las nubes; luego se trasladaron a Alta Vista, en la ladera este del Teide, obteniendo más y mejores observaciones.
Este fue el primero de varios viajes a Tenerife de Charles Piazzi Smyth, quien abrió el camino para algo que hoy vemos como normal; de hecho tanto que incluso enviamos telescopios al espacio para que puedan observar cosas que la atmósfera impide ver.
(Me descubrieron la existencia de este personaje Juanjo de Cienciamanía y Discover Experience e Irreductible).