… Total, que las piernas de la señora estaban aplastadas bajo una grúa gigantesca de 900 kilos de peso. Bien, supongo que sabréis que en un caso de emergencia de repente te viene como una fuerza sobrehumana… ¿Eh? Esto me bastó a mi: me agaché, levanté la grúa ¡y sacamos de debajo a la señora!
Así que, niños, la moraleja de esta historia es: jamás andéis por donde no debáis. Porque quizá en ese momento no haya nadie con fuerza sobrehumana para salvaros el culito.
Y por supuesto: no toméis drogas.
– Sal Morelli
Cowboys de ciudad (1991)
Lo que tan gráficamente explicaba uno de los personajes de la famosa película durante uno de esos «días de los padres explicando su profesión en el colegio» es la versión más tradicional con la que se explican los efectos de la adrenalina sobre el cuerpo humano. Algo que en Life Nogging han explicado en poco más de un minuto.
Cuando se produce el subidón de adrenalina («respuesta adrenérgica») se suele deber a alguna situación terrorífica (como que te ataque un gigantesco oso salvaje). El cuerpo reacciona liberando esta hormona –también conocida como epinefrina, en su versión sintética– junto con noradrenalina y cortisona en cuestión de instantes. El disparador es el hipotálamo y la activación el estrés. Un ataque de un oso gigante por sorpresa es sin duda suficiente estrés.
Tal y como explican, el efecto sobre el cuerpo hace que la persona esté lista para cualquier cosa: aumentan la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión sanguínea, se tensan los músculos y se dilatan las pupilas para captar más luz y ver mejor. Hasta se detiene el ritmo intestinal (por si las moscas). Es como ser Hulk, convertirse en una bestia humana, pero sólo durante un breve periodo de tiempo. El alcance de estos efectos queda limitado por las leyes de la física y aunque algunas proezas se han comprobado también es cierto que muchas son parte del folclore urbano – por ejemplo, levantar una grúa de 900 kg parece difícil cuando hay récords de levantamiento sólo hasta 500 kg – y el protagonista casi revienta.
Lo más impresionante, como dicen en Life Nogging, es que todo esto –que puede servir tanto para luchar a muerte contra el oso como para correr delante del oso– pero sobre todo… ¡que es completamente automático! No hace falta ni pensar en ello para conseguir el efecto, nuestras áreas más primitivas y animales se encargan de todo ello.
El cuerpo es sabio y por eso estos «efectos sobrehumanos» son breves: quienes están expuestos al estrés de forma continua y experimentan demasiadas de estas subidas –ya sea por causas naturales o artificiales– comienzan a liberar adrenalina de forma descontrolada y la salud acaba deteriorándose con el paso del tiempo.