Cuando José Luis Rodríguez Zapatero no era más que candidato a la presidencia de España prometió duplicar en una sola legislatura el gasto en investigación y desarrollo, hablando a menudo de la necesidad de una reconversión de la economía del país a una basada en el conocimiento, algo que para asombro y alegría de muchos efectivamente cumplió tras alcanzar la presidencia.
Esto, tras años y años en los que las inversiones en estos apartados no eran precisamente prioritarias sirvió para dar un empujón importante a este tipo de actividades en España que sorprendió a propios y extraños y que dio esperanzas de que, por una vez, podíamos estar sino en primera línea sí al menos en el pelotón de cabeza.
Pero ahora, a las primeras de cambio, y a costa de la crisis mundial que nos está afectando a todos, el gobierno decide hacer un importante recorte en los presupuestos de I + D, aunque trata de disimularlo diciendo que se podrá acudir a créditos, lo que será complicado sino imposible porque estos hay que devolverlos y la ciencia no siempre produce resultados a corto plazo.
Lo cierto es que me parece una actitud extremadamente cortoplacista y sorprendente por parte de un gobierno que hace solo unos años apostaba precisamente por la inversión -que no el gasto- en I + D, pues es dudoso que el recorte sea de mucha ayuda cuando se produce en un apartado en el que las inversiones ya no eran como para echar cohetes aún a pesar de su aumento en los últimos años.
Pero de lo que no hay duda es de que seguiremos pagando sus consecuencias mucho después, cuando la crisis actual haya terminado pero España siga estando a la cola, tras haber visto cercenado su tímido intento de reinventarse.
Como decía Joan Guinovart, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España, hace unos días en El País,
Si creen que la investigación y la educación son caras, prueben con la ignorancia y la mediocridad.
{Esta anotación forma parte de la iniciativa «La ciencia española no necesita tijeras» promovida por La Aldea Irreductible}