Por @Alvy — 4 de Agosto de 2015

Si estás aburrido estas tardes de verano después de ver las noticias te habrás cruzado con Ciencia para aficionados, título políticamente correcto de Science of Stupid, un producción de National Geographic que tiene buenas dosis de ciencia seria, recreativa y –siempre, siempre– hostias de todos los colores.

Ciencia para aficionados es una «medio comedia, medio Reality-TV» que hereda parte de Los videos caseros más divertidos (las hostias) y de Cazadores de mitos o Sport Science (la ciencia divulgativa). Pese a las burradas que veas afortunadamente –al igual que sucedía «milagrosamente» en Impacto TV– los protagonistas de los vídeos siempre salen vivos de todas las situaciones, por increíble que parezca, aunque a veces sea con chichones, huesos rotos y otros daños colaterales menores – o no tanto, pero oye… estaban haciendo lo que más les gustaba en la vida.

El programa es corto (unos 20 minutos), divertido y fácil de ver. Cada hostiazo es descrita por el presentador con todo lujo de detalles científicos; fuerzas, acción de la gravedad, rozamiento… Normalmente se explica cómo habría que hacerlo y luego por qué fallaron todo tipo de deportistas, burros, mastuerzos y otros animales que se dedican a hacer el ganso por todo el planeta. Porque en La ciencia la estupidez se ha visto de todo: desde el que intenta practicar gráciles cabriolas como parte de su entrenamiento gimnástico al gañanote que intenta derribar una casa a martillazos mientras se queda debajo cuando se le cae el techo encima (no tan buena idea).

Candidatos a premios Darwin para unos, héroes anónimos para otros… En cualquier caso, un programa muy divertido – para quien no le de grima ver las garras de la muerte –o de las lesiones chungas– muy, muy de cerca.

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