67P una hora antes de su perihelio visto por Rosetta - ESA/Rosetta/NAVCAM – CC BY-SA IGO 3.0
67P a las 11:29 UTC del 12 de agosto de 2015 visto desde la Tierra - SEN/Damian Peach
A las 2:03 GMT del 13 de agosto de 2015 el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko pasaba por el perihelio de su órbita actual, el punto de esta más próximo al Sol, a 185.986.924 kilómetros del Sol y 265.138.407 de la Tierra.
Los científicos de la Agencia Espacial Europea calculan que va perdiendo unos 300 kilos de vapor de agua y otros 1000 de polvo por segundo.
Pero a diferencia de todas sus órbitas anteriores, en esta ocasión tenía compañía.
En órbita alrededor de su núcleo a una razonable distancia de seguridad de 327 kilómetros lo sigue la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, que lo acompaña en su camino desde el 6 de agosto de 2014, camino en el que juntos han recorrido unos 750 millones de kilómetros.
A los responsables de la misión les habría gustado que estuviera más cerca, pero el núcleo de 67P ha demostrado ser muy activo, con lo que si se aproximan más la gran cantidad de partículas que hay alrededor de este tiende a confundir los sensores de orientación de Rosetta, así que mejor no jugársela.
Actividad del núcleo de 67P el 29 de julio de 2015 entre las 13:06 y las 13:42 GMT - ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA
Y sobre la superficie del núcleo de 67P está –o eso esperamos– Philae, el aterrizador de la misión.
Philae aterrizó en el núcleo de 67P el 12 de noviembre de 2014, aunque una vez en su superficie quedó en una orientación que no le permitía recargar sus baterías, con lo que después de unos dos días y medio de funcionamiento entró en reposo al agotarse la carga de estas, a la espera de poder despertar en cuanto recibiera la luz suficiente, pero no sin antes haber llevado a cabo su misión.
Volvió a despertar a mediados de junio, pero las comunicaciones han sido intermitentes, y de hecho desde el pasado 9 de julio no sabemos nada de él y lo cierto es que no sabemos si nunca volveremos a tener noticias suyas.
Entre otras, cabe la posibilidad de que haya salido despedido al espacio, ya que se han observado potentes chorros de gas y trozos de hasta 40 metros desprendiéndose el núcleo de 67P, con lo que toda esta actividad puede haber lanzado a Philae al espacio, más si tenemos en cuenta que los mecanismos diseñados para anclarlo en la superficie de 67P no funcionaron y al final quedó posado sobre esta pero no amarrado a ella.
Durante el año y pico que Rosetta y Philae llevan siguiendo a 67P Los 11 instrumentos de Rosetta y los 10 de Philae nos han permitido aumentar nuestros conocimientos acerca del origen del sistema solar y del agua en nuestro planeta:
También nos han permitido maravillarnos con las imágenes reales del núcleo de un cometa según se va acercando al Sol, y ahora disponemos de un modelo en 3D de este con el que podemos jugar en nuestro navegador.
En un principio el fin de la misión estaba planeado para diciembre de 2015, pero dado que Rosetta está en un magnífico estado la misión ha sido ampliada hasta septiembre de 2016, cuando probablemente Rosetta se pose en 67P para seguir acompañándolo –y quien sabe si también a Philae– durante muchos años más.
Una misión espacial realmente ambiciosa, pues es la primera vez que conseguimos colocar una sonda en órbita alrededor de un cometa y también la primera vez que conseguimos aterrizar en uno, y una misión espacial a la que aún le queda cuerda para un rato.
Se puede seguir a Rosetta en Twitter como @ESA_Rosetta y a Philae como @Philae2014,