Por @Wicho — 9 de enero de 2018

La empresa alemana Schott acaba de terminar la fabricación de la base de los seis primeros segmentos individuales de los 798 que formarán el espejo principal del Telescopio Extremadamente Grande (ELT) del Observatorio Europeo Austral.

Estas bases están fabricadas en un material cerámico llamado Zerodur que tiene un bajísimo coeficiente de expansión térmica, lo que significa que, incluso en el caso de grandes cambios de temperatura, el las piezas no cambian de tamaño. Es un material desarrollado para telescopios astronómicos en la década de los 60 y que ya está en uso en telescopios como el Very Large Telescope de ESO en Chile.

Una vez enfriadas serán enviadas a la empresa francesa Safran Reosc, que será la encargada de pulirlas con una precisión de 10 nanómetros, lo que quiere decir que si los segmentos tuvieran la superficie de Francia –en realidad miden 1,4 metros de diámetro y cinco centímetros de grosor– su superficie no tendría irregularidades mayores que una piedrecilla.

Safran Reosc se encargara también de poner a los segmentos del espejo los soportes que permiten unirlos a la estructura de soporte común a todos ellos y de instalarles los sensores que permiten determinar su posición de tal forma que se pueda ajustar para que todos ellos funcionen en conjunto como si el ELT tuviera un espejo principal de 39 metros de diámetro. Para ello el ELT será capaz de modificar la forma del espejo 1.000 veces por segundo según los datos que aporten las guías láser. Así, el ELT tendrá quince veces mejor resolución que el Hubble.

Espejo principal del ELT

Una vez que los segmentos del espejo estén pulidos hay que depositar sobre ellos una finísima capa reflectante de aluminio o plata que se vaporiza sobre su superficie, pero esto se hace poco antes de que el telescopio se ponga en funcionamiento y es un proceso que hay que repetir con cierta periodicidad.

En total hay que fabricar 931 espejos, los 798 que estarán en servicio y 133 de repuesto.

El ELT será el telescopio óptico más grande del mundo cuando vea su primera luz en 2024 y tendrá más capacidad de recolección de luz que todos los demás grandes telescopios terrestres juntos. Nos permitirá seguir buscando planetas extrasolares similares a la Tierra que podrían albergar vida, analizar la naturaleza de la materia y energía oscuras y observar las primeras etapas del Universo, lo que nos permitirá profundizar en nuestro conocimiento acerca de nuestros orígenes.

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