Por Nacho Palou — 14 de julio de 2017

Investigadores del centro ETH de Zúrich han desarrollado el primer corazón flexible enteramente artificial que late igual que su equivalente natural y que más adelante puede servir como sustituto temporal. “Sustituto temporal” porque este corazón de silicona únicamente dura, por ahora, unos 3000 latidos, así que de momento podrá servir como sustituto de un corazón artificial mecánico, más complejo y costoso.

Más allá de esos 3000 latidos, que equivalen a tres cuartos de hora, la silicona pierde la tensión necesaria para bombear la sangre [en este momento puedes dedicar unos segundos a admirar la capacidad y la resistencia de su equivalente natural, puro músculo capaz de latir 100.000 veces en un día, 2.000 millones de latidos a lo largo de tu vida.]

Este corazón artificial está fabricado en una única pieza mediante un molde de cera perdida impresa en 3D. Este es uno de esos casos en los que la impresión 3D posibilita la fabricación de estructuras internamente complejas. El corazón del ETH pesa 390 gramos y tiene el mismo tamaño y capacidad (unos 679 cm3) que un corazón humano.

Una vez resuelto el inconveniente de que sólo funciona durante algo menos de hora este puede ser el anticipo de los futuros corazones artificiales. De momento –dicen los investigadores— “no pretendemos presentar un corazón artificial listo para implantar. Se trata de una prueba de viabilidad desarrollada para explorar nuevas posibilidades en el desarrollo de corazones artificiales.”

Vía Futurity.

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