Este vídeo muestra de forma un tanto exagerada, desconcertante y en cierto modo melódica los botes y rebotes de unos potentes imanes de neodimio grabados a 4.000 fotogramas por segundo (unas 160 veces respecto a la velocidad real). Lo que va a suceder al final ya lo sabemos; lo interesante es verlo tan despacio.
La técnica y la iluminación no son gran cosa porque se trataba simplemente de unas pruebas que hizo Taofledermaus a modo de experimento –a pesar de que la cámara es una Chronos de 2.500 dólares– pero digamos que lo compensa la apropiada música.
El comportamiento tan extraño se debe lógicamente a que a la física de las fuerzas de giro, rebotes, etcétera hay que sumar la atracción y repulsión de los polos de los imanes. Esto hace que a veces el imán se acerque y de repente se aleje, debido a que no podemos ver a simple vista estas fuerzas que hacen valer su efecto a cortas distancias.