En The Atlantic recogen que según un estudio de la Universidad de Plymouth University, jugar al Tetris reduce el «mono» asociado a adicciones como el tabaco, el alcoholismo o el comer en exceso. La idea es básicamente engañar al cerebro distrayéndolo para que evitar el ansia viva que se produce en esas situaciones.
Uno de los cálculos que han hecho es que jugar tres minutos al Tetris reduce en un 24 por ciento los síntomas de los «síndromes de abstinencia». El asunto parece tener que ver con que gran parte de esos síntomas se deben a la forma en que las imágenes visuales afectan al deseo irrefrenable de llevar a cabo ciertas acciones. Desviando la atención visual a otro lado –en este caso a las piezas multicolores– se soluciona en parte el problema.
¿Y si luego te vuelves «adicto al Tetris»? ¡Ah, bueno, es que la vida es muy complicada, amiguitos!