Dentro de la preparación de cada misión de los transbordadores espaciales se incluye una simulación del lanzamiento que se aborta cuando faltan cinco segundos para que este se produzca, simulación que el Discovery y su tripulación acaban de realizar con éxito relativo, pues dejando aparte que de haberse tratado del lanzamiento real la NASA tendría que haberlo abortado a causa de la climatología, resulta que fue imposible conectar los sistemas del transborador con un sistema de seguimiento de las Fuerzas Aéreas, lo que también habría obligado a detener el lanzamiento.
De todos modos, esos son casi problemas circunstanciales comparados con el hecho de que aún se siguen formando cantidades ingentes de hielo sobre el depósito principal de combustible, lo que hace temer que el Discovery pueda sufrir daños importantes durante el lanzamiento, igual que los que sufrió el Columbia y que a la postre provocaron su desintegración durante la reentrada en la atmósfera a la vuelta de la misión STS-107.
Para intentar poner remedio a esto la NASA ahora planea llevar el Discovery de vuelta al edificio dónde lo preparan para su lanzamiento con la idea de instalar sistemas calefactores que impidan o disminuyan esta formación de hielo sobre el tanque principal, y no está del todo claro que esto pueda estar listo para el próximo 13 de julio, nueva fecha en la que estaba previsto realizar el lanzamiento.
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