Telescopios del NGTS
Los doce telescopios del NGTS, Next-Generation Transit Survey, Nueva Generación en el Sondeo de Tránsitos, acaban de recibir su primera luz en el Observatorio Europeo Austral, según se puede leer en Nuevos telescopios para «cazar» exoplanetas en Paranal.
Son telescopios con una abertura de 20 centímetros que funcionarán de forma automática para localizar planetas extrasolares, planetas en órbita alrededor de otras estrellas, utilizando el método de los tránsitos.
El método de los tránsitos consiste en «mirar» fijamente a un grupo de estrellas y detectar el mínimo disminución en el brillo de la luz que nos llega de alguna de ellas cuando un planeta pasa por delante de ella.
Para ello los telescopios tienen que ser muy sensibles; los del NGTS son capaces de detectar una variación de una parte entre mil, una precisión nunca alcanzada antes en telescopios terrestres de este tipo.
También es necesario que haya algo de suerte y que estemos viendo de lado el sistema solar de la estrella en cuestión, ya que hace falta que los planetas pasen entre la estrella y nosotros. Si lo vemos desde arriba, esto nunca pasará y no podremos detectar esos planetas.
Los telescopios del NGTS se centrarán en detectar planetas con diámetros de entre dos y ocho veces el de la Tierra; en el caso de que se pueda medir también su masa se puede calcular su densidad para intentar obtener algo de información sobre la composición del planeta.
El NGTS también podrá estudiar la composición de la atmósfera de los planetas extrasolares que vaya detectando analizando como es modificada la luz que la atraviesa antes de llegar a nosotros.
Los telescopios del NGTS en acción
Una curiosidad del NGTS es que aunque está instalado en el observatorio de Cerro Paranal del ESO no pertenece al ESO sino a un consorcio formado por la Universidad de Warwick (Reino Unido); la Queen’s University de Belfast (Reino Unido); la Universidad de Leicester (Reino Unido); la Universidad de Cambridge (Reino Unido); la Universidad de Ginebra (Suiza); y el DLR (centro aeroespacial alemán) de Berlín (Alemania).
Sus descubrimientos se contrastarán con observaciones de otros telescopios para poder aprender lo más posible acerca de los planetas que vaya detectando.
Cabe recordar que desde que hemos aprendido como encontrar planetas extrasolares hemos descubierto planetas que según lo que creíamos saber no deberían existir por estar demasiado cerca de su estrella, otros que son rocosos cuando creíamos que deberían ser gaseosos, otros en los que llueven rocas…
Y eso que apenas vamos por los aproximadamente 1 800 localizados de los 160.000 millones que se calcula que podría haber en la Vía Láctea, aunque muchos de ellos jamás podremos encontrarlos por estar en sitios de la galaxia que no están a la vista desde la Tierra.
Hay que recordar una vez más a Sagan: vivimos en un pequeño punto azul pálido en una esquinita del universo.
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