Por @Alvy — 17 de julio de 2007

El otro día vi de casualidad una reposición de Redes, el programa titulado Estamos Programados, donde se entre entrevistaba a Malcom Gladwell respecto a los temas de su libro Blink! (también en castellano: Inteligencia Intuitiva). En la parte final participaban también Óscar Vilarroya, Profesor de Psiquiatría y Medicina Legal en la UAB y Manuel Froufe, Profesor de Psicología en UAM. El programa era de 2006 ó 2005.

Entre las diversas cosas interesantes que contaron respecto a la percepción y la conciencia me llamó la atención una en particular que explicaron los expertos. Que aunque el ser humano recibe a través de sus sentidos unos 11 millones de bits de información por segundo, tras procesarlos y filtrarlos automáticamente las decisiones conscientes se toman únicamente a una «velocidad» de unos pocos cientos o miles de bits por segundo. Esto difiere bastante de un dato que vi hace tiempo que hablaba de únicamente dos bits por segundo (y siendo un lego en la materia me suena mejor cientos o miles que simplemente dos). Por otro lado el dato de 11 mbps combinados para todos los sentidos (vista, oído, tacto, olfato, gusto) también suena razonable. Se calculó que más o menos los ojos tienen una resolución de un megapixel y una profundidad de color de 10.000 colores distintos (algo menos de 14 bits), aunque no he leído nada sobre la cantidad de «fotogramas por segundo» que se procesan, y seguramente varía por zonas y no sean directamente comparables a los de una cámara de vídeo. En realidad todas esas medidas dependen de muchas definiciones y de cómo se calculen y comparen. No siempre será una ciencia exacta (ni aproximada), así que en ocasiones son más especulaciones que otra cosa, interesantes al menos para hacerse una idea de las magnitudes.

Los expertos del programa venían a decir que casi todo lo que hacemos los seres humanos se dedice de forma casi automática, inconsciente, mecánica. Que únicamente podemos procesar un poquito de información sobre las decisiones realmente relevantes y profundas. En las demás estamos un poco en manos de la naturaleza y nuestro «piloto automático» que nos guía con el instinto. Incluso tienen un papel importante los prejuicios que adquirimos con la experiencia y el entorno cultural que nos rodea, lo cual está explicado también por Gladwell en su libro.

Una parte crítica de la comprensión del fenómeno de la percepción visual es que el ojo no es una cámara, es decir, que no hay «imágenes por segundo» en el ojo. En lugar de eso, el sistema ojo/cerebro tiene una combinación de detectores de movimiento, detectores de detalle y detectores de patrones, cuyos resultados se combinan para crear la experiencia visual. La frecuencia a la que el cambio de imágenes se vuelve invisible depende del nivel de iluminación. Generalmente, 16 imágenes por segundo se considera la frecuencia más baja a la que el movimiento contínuo es percibido por los humanos.

Por cierto me hizo gracia que 11mbps sea también la velocidad del estándar wi-fi 802.11b.

Actualización (17 de julio de 2007): Josu nos pasa un enlace a la Wikipedia: Proyector Cinematrográfico donde se menciona el dato para el ojo humano de 16 imágenes por segundo como mínimo, aunque también que no se puede hacer un cálculo en base a eso; allí se explica algo más sobre la teoría de la persistencia de la visión, literalmente:

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