Por @Alvy — 26 de diciembre de 2017

Una esfera de Hoberman es una estructura plegable que se asemeja a una cúpula geodésica con ingeniosos mecanismos de unión entre sus piezas. Además de un gran juguete resulta ser un utensilio bastante colorido y espectacular con el que explicar la conservación del momento angular. Al menos si no se tiene una patinadora sobre hielo a mano.

La conservación del momento angular hace que el objeto gire más rápido cuando cambia de forma y disminuye de tamaño pero luego vuelva a girar más lento cuando se expande, debido a cómo se relacionan la distribución de masas y la velocidad angular. El profesor Edwards de la Universidad de Utah hace la demostración tirando de la cuerda que recoge la esfera y soltándola varias veces.

En la vida real esto es lo mismo que les sucede a las personas mientras bailan y hacen piruetas: basta recoger los brazos para girar más rápido, abrirlos para frenar. Algo más práctico es que el mismo efecto sirve para controlar satélites y sondas espaciales mediante un motor eléctrico y un volante de inercia. A nivel cósmico es algo que también se da en el sistema Tierra-Luna debido a la relación entre las mareas, la distancia y la velocidad de rotación de la Luna; más allá se observa en los púlsares y agujeros negros en rotación, que pueden alcanzar velocidades asombrosas.

(Vía @Rainmaker1973.)

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