Como un experimento vale más que mil cuñaos en The Action Lab se pusieron de nuevo en acción para comprobar qué es lo que sucede al volar un dron en miniatura en el interior de un ascensor. Así que se fueron a un montacargas de un edificio de ocho pisos cuando no había gente y… A grabar. Como puede imaginarse, el vídeo está lleno de porrazos y momentos divertidos, y aseguran que ningún dron resultó dañado. Lo mejor como siempre es intentar anticipar qué es lo que sucede: ¿Se mantiene estable en la misma posición relativa? ¿Se choca contra el techo o el suelo? ¿Por qué? ¿De qué depende?
Si Galileo, Newton o Einstein hubieran tenido drones a su disposición seguramente habrían probado con este mismo «experimento casero». Al fin y al cabo antiguamente los conceptos de movimiento, inercia y aceleración daban para mucho debate y todavía hoy nos sorprende que la gente tuviera nociones raras respecto a todo esto en el pasado. Einstein probablemente lo habría hecho mentalmente, porque como sabemos le gustaba pensar en las cosas que sucedían en los ascensores.
Los resultados como pueden imaginarse son bastante similares a los que el mismo científico loco llevó a cabo hace tiempo con un dron dentro de un coche en movimiento: el dron sufre los efectos de la aceleración repentina del ascensor al arrancar y detenerse. Si no fuera por eso se mantendría en su marco de referencia (movimiento continuo) que es lo mismo que le sucedería –como podemos imaginar– al viajar en un tren o un avión.
Es interesante que estos experimentos están lejos de ser completamente «ideales» y hay muchas cosas por descubrir y debatir: por ejemplo el dron no utiliza el GPS para «mantener la posición», sólo sus giroscopios. Y hay factores relevantes sobre lo que sucede como la rapidez de la aceleración (si acelera muy lentamente se mantendrá sin problemas en su sitio) o el hecho de que la masa del aire del interior acompañe al ascensor, factores que pueden variar de unos ascensores a otros. Un buen ejemplo de esto es que el mismo experimento con un globo de helio produce un sorprendente efecto contrario debido al aumento de la presión en el sentido de la marcha.