Por @Alvy — 8 de Junio de 2017

Este vídeo de The Royal Institution muestra unos cuantos juegos científicos sobre propiocepción que se pueden hacer en una clase, con niños o si consigues convencerlo con los colegas de la oficina – son para todas las edades.

La propiocepción es lo que nos permite tocarnos con el dedo la punta de la nariz con los ojos cerrados; técnicamente «la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas». Como casi todo en nuestro cuerpo es hackeable.

Entre los juegos se encuentran la ilusión de la mano de goma (altamente realista y divertida), el de las dos narices, el de la mano con seis dedos, el de resolver laberintos frente a un espejo y otros. Ninguno requiere grandes medios. Me ha llamado especialmente la atención el de los brazos que parecen atravesar el suelo, que resulta especialmente creíble. ¡Doy fe!

Lo más curioso es que todas estas experiencias resultan a la vez inquietantes y divertidas; también que son casi inevitables aunque ya sepas lo que va a suceder. Quienes actúan de voluntarios no pueden dejar de parar tras experimentar las sensaciones en primera persona.

Pero esto no solo tiene usos recreativos: muchas de estas cuestiones sobre cómo percibimos el mundo a través de una combinación de sentidos tienen aplicaciones prácticas en los desarrollos de realidad virtual, videojuegos, interfaces y otros campos de la tecnología. Y es que hackear el cerebro también tiene su lado útil.

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