Por @Wicho — 28 de Agosto de 2015

Venus en radar de 12,6 centímetros
Venus visto en radar de 12,6 centímetros el 13 de agosto de 2015 desde el Observatorio de Arecibo - Smithsonian/NASA GFSC/Arecibo Observatory/NAIC

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los científicos a la hora de estudiar Venus es que está cubierto de una densa capa de nubes que no permite ver su superficie.

La única forma de evitar esto es colocar sondas en la superficie, como algunas de las Venera soviéticas, que nos permitieron ver pequeñas porciones de su superficie, o estudiarla mediante radar, que es capaz de atravesar las nubes.

Esto lo hizo la sonda Magallanes de la NASA, que por cierto fue lanzada desde un transbordador espacial, que durante su misión creó un mapa completo de la superficie de Venus utilizando su radar de a bordo.

Despliegue de la Magallanes desde el Atlantis
P-34252BC: Despliegue de la Magallanes desde la bodega de carga del transbordador espacial Atlantis - NASA

Pero esto sucedió a principios de los 90, y la única otra sonda en explorar Venus desde entonces, la Venus Express de la Agencia Espacial Europea, no llevaba un radar.

Sin embargo, aprovechando los periodos en los que la Tierra y Venus están más próximos, lo que los astrónomos denominan una conjunción inferior, apenas separados por 40 millones de kilómetros, es posible enviar una señal de radar desde la Tierra que rebote en Venus y vuelva y que nos revele detalles de su superficie, al menos de la cara del planeta que apunta hacia nosotros, tal y como se puede leer en Keeping Watch on Venus.

En esas ocasiones las señales de radar tardan poco más de cuatro minutos en ir y volver de Venus.

Venus en radar en 1988 y 2012
WEB14565-2014: Venus en radar en 1988 y 2012 - Bruce Campbell, Institución Smithsoniana / NAIC / NRAO / Cornell / NASA Goddard

Esto lo hizo un equipo de la Universidad de Cornell dirigido por Donald Campbell en 1988 usando el Observatorio de Arecibo, consiguiendo resolver detalles de aproximadamente un kilómetro y medio en las imágenes obtenidas.

En 2012 un equipo del Smithsoniano hizo lo mismo, de nuevo transmitiendo desde Arecibo, aunque recibiendo las señales en el Telescopio Green Bank en Virginia del Oeste, trabajo que están volviendo a hacer en agosto de 2015, como se puede ver en la imagen superior.

Comparando unas imágenes con otras los científicos pueden detectar nuevos cráteres de impacto, observar el material que estos lanzan sobre la superficie del planeta y ver cómo el viento lo desplaza, y quién sabe si una erupción volcánica o qué otras sorpresas.

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